Reforma Jorge F. Negrete P.
“La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia la debilidad del fuerte”.
Emanuel Kant
Una jornada intensa de México 5G deja algunos aprendizajes. El primero de ellos se vincula a nuestra impaciencia. Todos esperan la killer application que detone el uso masivo de 5G, la fórmula mágica que vuelva rentable esta nueva generación tecnológica de conectividad.
Hace 14 años se lanzó 4G. Las externalidades y nuevos modelos de negocio las expliqué en mi colaboración pasada. Pero vale la pena recordar que fue apenas en los últimos seis años cuando los modelos de negocio en el mundo digital maduraron y se crearon nuevos. Todas las plataformas de contenidos consolidaron sus negocios en la segunda mitad de 4G. Netflix, Vudu, Hulu, Disney+, Star+, Spotify, Tidal, Kindle, etc., supieron si eran rentables o no, al igual que cientos de empresas Fintech, neobancos, plataformas de movilidad y de logística.
La pandemia aceleró la digitalización de la sociedad, pero exacerbó el impulso de inversión y estimados de crecimiento de todas las empresas tecnológicas.
La realidad es que las empresas del ecosistema digital son intensivas en inversión y capital de trabajo. Todas padecen de una cercanía peligrosa con la desvaloración imprevista en la Bolsa y malas decisiones en la selección de mercados y modelos de negocio. Buscar una killer application es como buscar el Santo Grial en el océano.
La innovación es compleja y esta generación de conectividad necesita de todo el mercado y de toda la actividad pública para desplegar sus capacidades. Es fundamental la acción del Estado y su acción mediante política pública, buena regulación y marcos legales que promuevan la innovación. Esto funcionará más que esperar el milagro de esta aplicación que se advierte como un sueño mítico.
Por ejemplo, Estados Unidos aprobó la Ley de Ciencia, Tecnología y el acta de procesadores o “chips”, es decir, todo el apoyo del Estado, ya que esta ley no sólo nace por iniciativa del gobierno, sino con el apoyo del Congreso estadounidense. Hablamos de una visión no vista desde que enviaron a un astronauta a la luna, con el dinero que autorizó Kennedy.
5G es una tecnología que nace con el apoyo de Europa, pero con un mar de regulación alrededor de ella. Con el furor de Estados Unidos, quien bajo dos presidentes distintos no pierde su objetivo de ser el líder 5G, y China, cuyo gobierno considera esta tecnología estratégica para su política de transformación digital masiva de la sociedad, empresas y gobierno.
Por primera vez hemos podido ver soluciones concretas para salud (hospitales), educación, seguridad pública, parques industriales, campo, trenes, ciudades, puertos, aeropuertos y decenas de actividades verticales relevantes.
Durante México 5G se presentaron oportunidades, pero también retos que ya enfrenta esta tecnología, como la falta de una hoja de ruta para el despliegue y apoyo de esta tecnología por parte del gobierno; los ridículos y desorbitados precios del espectro radioeléctrico que alejan la inversión, la inclusión digital, e incluso el esfuerzo público, que realiza la empresa del gobierno Altán.
Un elemento adicional a razonar, es el desmadejamiento del liderazgo en la industria. Teniendo una industria con verdaderos titanes tecnológicos y de conectividad, apenas podemos advertir pequeñas coincidencias, como en materia de mejora regulatoria para abatir las barreras a la inversión en infraestructura digital. Parece imposible construir puentes de comunicación, una visión conjunta y un camino seguro junto a la sociedad. Advierto incluso un ataque sistemático en medios de comunicación al IFT por parte de algunos y la agresión, ya tradicional de este gobierno, a esta institución. Ya la ha intentado desaparecer dos veces y sigue sin todos sus comisionados.
La impaciencia, una pusilánime falta de unión de la industria y la complejidad de nuevos modelos de negocio, se vuelven una constante en el nacimiento de esta inevitable realidad tecnológica llamada 5G.
Presidente de Digital Policy Law
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