Por: Rafael Mendez
El autor es periodista
. De la sobreexposición pública podría surgir “multiplicas posibilidades de cometer un error o de decir alguna estupidez”.
. “Puede ser buena si se hace bien, pero puede ser letal si no se hace de una forma planificada, siguiendo una estrategia”.
. “La política es una sola. Las estrategia y las tácticas que funcionan para uno funcionarán para otros”.
En su libro “Juego de poder”, Dick Morris, establece que “la política es una sola. No importante si uno busca alcanzar la presidencia de los Estados Unidos, la dirección de un Rotary Club local o la secretaría de un centro de estudiantes. Las estrategia y las tácticas que funcionan para uno funcionarán para otros”, porque como casi todo en la vida, lo mucho cansa…hasta la belleza.
La cita anterior nos sirve de base para afirmar que toda persona de notoriedad pública, vale decir un líder o una líder o lindeza del mundo de la política, las artes, el deporte, de la empresa, entre otros tantos, debe evitar, lo más posible, la sobreexposición pública… porque como casi todo en la vida, lo mucho cansa…hasta la belleza.
Y esto porque, como advierten los expertos en estrategia y táctica comunicacionales, estas deben funcionar “para uno y para otros”, o sea para las personas que han alcanzado o están posicionados como figuras públicas, en diferentes niveles de la sociedad, lo que es válido sobre todo para el liderazgo político, sin que esto estemos desdeñando a los demás.
El sentido de las palabras
El riesgo al que se expone un líder o lideresa puede ser por un comportamiento, y más aún, al formular un determinado pronunciamiento, ya que “las palabras son hechos, tienen su propia densidad física y sus efectos pueden ser beneficiosos o catastróficos”.
“A lo largo de la historia, las palabras habladas o escritas han provocado o impulsado guerras, matanzas, levantamientos o quiebras, pero también los hechos más positivos y las expresiones más extraordinarias de la mente humana.
“No es verdad, por tanto, que como se dice vulgarmente, que “las palabras se las lleva el viento “. Muy al contrario, son como rocas o piedras que pueden provocar auténticos aludes o sostener sólidas arquitecturas políticas.
“Existe, sin duda, un hilo invisible entre las palabras y la movilización de las conciencias que puede originar pequeños o grandes cambios”.
La cita anterior es del libro “Manipulación del Lenguaje”, de la autoría del abogado, político y escritor español Nicolás Sartorius, quien advierte, sin dejar la más remota duda, que “en política, “las palabras son hechos, tienen su propia densidad física y sus efectos pueden ser beneficiosos o catastróficos”.
Evitar cansancio
Los líderes o lideresas deben interiorizar en el sentido de que sus opiniones o comportamientos influyen de manera determinante en la modelación, conducta y valores en parte de la sociedad, y hasta de la sociedad toda.
De ahí la advertencia de que la exposición pública debe ser bien administrada, bien manejada a partir de una cuidadosa y racionar estrategia comunicacional, teniendo siempre presente que “puede ser buena si se hace bien, pero puede ser letal si no se hace de una forma planificada, siguiendo una estrategia”.
Porque “lo difícil no es que te conozcan, sino que te reconozcan. Lo complicado no es gestionar la percepción externa, sino tener clara tu propia percepción interna”.
“Estar en todas partes devalúa tu trabajo”, y “multiplicas posibilidades de cometer un error o de decir alguna estupidez”, y repito, porque como casi todo en la vida, lo mucho cansa…hasta la belleza.
Y para quienes aspiran a definir o posicionar una marca personal, los expertos le recuerdan que alcanzar ese peldaño es un proceso que se construye paso a paso, con cuidado y con una estrategia inteligente. Puede tardar años, pero eso no es malo”.