El Apple Watch abre nuevas fronteras a la investigación de la salud cardiaca

A lo largo de un día, el corazón de un adulto sano late más de 100.000 veces. Latido a latido y día tras día, empieza a formarse una imagen que suele pasar inadvertida. Y el Apple Watch hace visible lo invisible. Gracias a prestaciones como las notificaciones de frecuencia cardiaca alta o baja, el nivel de capacidad aeróbica, los avisos de ritmo irregular, la app ECG y el historial de fibrilación auricular, Apple ayuda a los usuarios a estar siempre informados y obtener datos prácticos.

Las tecnologías avanzadas que dan información a los usuarios para que comprendan mejor su estado de salud también tienen el potencial de abrir las puertas a nuevos hallazgos en los ámbitos de la medicina y la investigación. Desde que Apple lanzó ResearchKit y CareKit en 2015, profesionales de la investigación, la medicina y el desarrollo han encontrado formas innovadoras de estudiar, controlar y tratar todo tipo de enfermedades.

Y para impulsar nuevos descubrimientos que contribuyan a mejorar la salud a escala mundial, Apple puso en marcha el Investigator Support Program. A través de este programa, Apple pone dispositivos Apple Watch al alcance de los equipos de investigación para que lleven un paso más allá sus estudios científicos, incluidos aquellos relacionados con el corazón.

Apple quiere destacar el trabajo pionero de profesionales de la salud de todo el mundo que están utilizando el Apple Watch para estudiar el corazón de formas nunca vistas.

La app ECG en un Apple Watch Series 8.

La profesora adjunta Rachel Conyers y la doctora Claudia Toro, dos oncólogas de pediatría con mucha experiencia que trabajan en Melbourne (Australia), dedican gran parte de la jornada a cuidar de niños en una clínica de atención terciaria y a investigar las toxicidades de los tratamientos del cáncer infantil en el Murdoch Children’s Research Institute. Ambas están estudiando los efectos de la terapia en el ritmo cardiaco y buscando nuevas formas de intervenir. Su fuente de inspiración son las historias de sus pacientes, tanto las que tienen un final feliz como las que no.

Las toxicidades de los tratamientos del cáncer pueden producir trastornos en el ritmo cardiaco, como el síndrome del QT largo, que puede poner en riesgo la vida de una persona. Este síndrome genera una irregularidad en el ritmo cardiaco que aumenta el tiempo necesario para que la sangre circule por el corazón.

Según la doctora Conyers, el centro hace electrocardiogramas de 12 derivaciones al menos una vez a la semana a los niños que reciben tratamientos oncológicos, ya que son más propensos al síndrome del QT largo. Sin embargo, los pacientes que no están ingresados también necesitan supervisión.

Pantalla de inicio de la app WeGuide en un iPhone 14.

«Leí sobre el Apple Heart Study y pensé que podría ser importante en el campo de la pediatría», dice la doctora Conyers. «Antes creíamos que las toxicidades cardiacas surgían diez años después del tratamiento. Sin embargo, ahora sabemos que los nuevos tratamientos contra el cáncer, como el uso de determinados inhibidores y la inmunoterapia, pueden producir arritmias en las 48 horas posteriores a la medicación. En otras palabras, aún nos queda mucho por saber sobre las toxicidades».

Durante los próximos meses, la doctora Conyers y su equipo del Murdoch Children’s Research Institute empezarán a investigar el nivel de sensibilidad de la app ECG del Apple Watch en 40 niños y adolescentes.1 A partir de ahí, el equipo buscará formas para que estos pacientes puedan hacerse un electrocardiograma en cualquier momento y lugar. El equipo espera que la información obtenida ayude a comprender mejor las toxicidades cardiacas e identificar oportunidades de intervención.

Estadísticas de frecuencia cardiaca en un Apple Watch Series 8.

Todos los habitantes del área de la bahía de San Francisco recuerdan el día en que el cielo se tiñó de naranja. Fue el 9 de septiembre de 2020. La doctora So-Min Cheong, profesora adjunta del departamento de administración y servicios públicos de la Bush School en la Universidad A&M de Texas, estaba en Palo Alto (California). 

«Todavía tengo fotos de ese día en el iPhone», dice la doctora Cheong. 

En 2020 y 2021 hubo varios incendios forestales devastadores en California. La doctora Cheong, que investiga las consecuencias de los desastres medioambientales y el cambio climático en la sociedad y en la salud, decidió estudiar el efecto del humo de los incendios forestales en la salud cardiaca de los bomberos. 

«Seguir las recomendaciones generales de salud y usar artículos de protección no era suficiente para mí», explica la doctora Cheong. «Cada persona es un mundo. Todos somos diferentes en lo que se refiere a la salud y quería saber más». 

Gracias a sus contactos en el sector de la investigación, la Dra. Cheong descubrió que el Apple Watch podía ser de utilidad para obtener los datos de salud que necesitaba. «Alguien que conozco en la Universidad de Stanford me habló de su experiencia con el Apple Watch, que es conocido por su precisión con la frecuencia cardiaca», añade. «Siempre había querido utilizar sensores para hacer análisis menos invasivos y obtener datos más exactos sobre la salud de las personas».

El mes que viene, la doctora Cheong de la Universidad A&M de Texas y los doctores Brian Kim y Marco Perez de la Universidad de Stanford empezarán a equipar a bomberos con el Apple Watch para estudiar el efecto del humo de los incendios forestales en su salud. La temporada de incendios forestales comienza en primavera en Texas y en verano en California. En el estudio participarán hasta 200 bomberos.

El objetivo del estudio es utilizar el Apple Watch para hacer un seguimiento de la frecuencia cardiaca, el sueño, el nivel de oxígeno en sangre y los datos de actividad, entre otras cosas. Los bomberos también llevarán un monitor de calidad del aire y rellenarán encuestas sobre el sueño, la actividad y los síntomas relacionados con el humo de los incendios forestales.