Bitso me ha permitido ser un agente de cambio: Bárbara González Briseño

Bitso me ha permitido ser un agente de cambio: Bárbara González Briseño

Bárbara González Briseño es una financiera, entusiasta de cripto y ejecutiva tecnológica mexicana.

Forma parte de una nueva generación de mujeres mexicanas que han migrado del mundo financiero tradicional a puestos directivos en empresas de tecnología financiera (Fintech), como Marlene Garayzar, Myriam Cosío, Cristina Cacho y Youmna Harb

La diferencia respecto a ellas es que Bárbara no está en el rubro de la originación de crédito, ya sea para usuarios finales como empresariales, sino en el de las criptomonedas.

En 2018 se incorporó a Bitso —un exchange de Bitcoin fundado en México— como directora de Finanzas. Hasta diciembre de 2022 fue CFO global de la startup que al cierre de su gestión ya era un unicornio de servicios financieros basados en criptomonedas y operaba en cuatro países, tras la apertura de Colombia, Argentina y Brasil.

Actualmente es la country manager, la directora General de Bitso en su país de origen, México, cargo que ocupa desde mayo de 2022:

Para concentrarme en nuestro mercado más importante necesitaba mucha atención”, contó Bárbara González Briseño en entrevista con DPL News, en la que hablamos sobre el descubrimiento de su vocación, su formación académica, su transición del sistema financiero tradicional al ecosistema cripto y la expansión y el crecimiento de Bitso.

De las finanzas tradicionales a los activos alternativos

El origen del ascenso profesional de Bárbara González Briseño radica en una clara conciencia de la desigualdad que hay en México: “Vivimos en un país donde la paridad de género en el ámbito laboral todavía está muy lejos de existir”, declaró en la entrevista. 

Y enseguida explica que para una mujer es mucho más difícil crecer profesionalmente que para los varones. Según un estudio de McKinsey, para una mujer es 88 veces más difícil llegar a un comité ejecutivo que para un hombre.

“Sabía muy temprano que tenía que ser la más preparada del salón para poder crecer y cumplir evolucionando mi carrera”, declara. Por eso estudió en las universidades más prestigiosas de México y Estados Unidos: es licenciada en Finanzas por la Universidad Iberoamericana.

“Terminé estudiando esa carrera porque era apasionada de los números, me encantaron las matemáticas. Quería algo que fuera lo suficientemente aplicado, pero también tuviera una carga importante de matemáticas, que fuera un buen balance”, detalla.

Bárbara cuenta que ese fue su primer encuentro con el mundo de los mercados financieros, la deuda, las acciones y los derivados y le despertó una pasión por el ecosistema financiero, por lo que muy rápido quiso adentrarse en él.

Previo a incorporarse a Bitso, Bárbara González trabajó en la casa de bolsa Actinver y el banco de inversión Lazard. “Hice mucho tiempo banca de inversión y a mí me fascinaba el tema de las finanzas: cómo podemos ayudar a las empresas a crecer, a comprar y a reestructurarse”.

Bárbara cuenta que, en la maestría en Administración que hizo en la Escuela de Negocios de Harvard (HBS, por sus siglas en inglés), empezó a reflexionar qué quería, quién era y replantearse quién quería ser como familiar, amiga, ser humano y profesionista. Así llegó a la conclusión de que su siguiente paso profesional estaría en un lugar que cumpliera con tres características:

  1. Donde realmente creyeran en la misión de lo que hacen y tuviera un impacto en la sociedad
  2. Donde fuera parte de un equipo del que pudiera aprender y con el que  compartiera el mismo compás moral: “Era súper importante para mí la ética que domina la toma de decisiones”.
  3. Que la sacara de su zona de confort. “Quería un reto, algo que me pusiera incómoda, que me hiciera cuestionarme todo y volviera a evolucionar muchas partes de mi ser y me hiciera más cercana a tomar decisiones de riesgo”.

En ese proceso, cuando Bárbara aún era muy adversa al riesgo, un amigo le presentó a alguien que estaba haciendo una compañía de cripto. Se trataba de Daniel Vogel, un informático mexicano que en 2015 se sumó a Ben Peters y Pablo González, los cofundadores de Bitso y empezó a liderar la startup, y también había estudiado en Harvard.

Cuenta que encontró “un equipo extremadamente talentoso, con un nivel intelectual retador y enriquecedor y una misión muy noble. Me encantaba la idea de transformar por completo el sector financiero en México, funcionaba apalancando esa tecnología, que sabía perfectamente de qué se trataba y que estaba creciendo”. Cumplía con todas las características, y por eso Bárbara González decidió unirse a Bitso.

La cultura de Bitso

González recuerda que en aquel momento, en 2018, Bitso tenía un equipo de menos de 20 personas y menos de 100 mil usuarios, ‘no estaba regulado en ningún país, sólo operaba en México y tenía muy pocos productos’. Y, fiel a su pensamiento estratégico y estructurado, se planteó una disyuntiva, pues consideraba que había una de dos posibilidades:

  1. “si somos exitosos con esto, creo que realmente vamos a crear un gran impacto en el país”;
  2. “si no somos exitosos, será una buena historia que contar y un proceso donde yo haya aprendido, donde me he desarrollado”.

Y, finalmente, decidió intentarlo.

“Afortunadamente fue la primera —cuenta aliviada— y lo que hemos construido es algo de lo que estoy extremadamente orgullosa. Creo que todavía es el principio, falta mucho por hacer. Siempre digo que Bitso es mi primer bebé y estoy extremadamente feliz de todo lo que ha sucedido en los últimos años”.

González Briseño explica que, desde entonces, se “ha ido reinventando cada año”, ya que las necesidades de aquella startup son muy distintas a lo que ahora necesita la empresa. “Bitso ha hecho que yo tenga que volver a empezar desde cero múltiples veces, porque de repente evoluciona y tengo que destruir todo lo que es hoy y volver a construir, volver a pasar por una curva grande de aprendizaje. Ha sido un proceso de reinvención, aprendizaje y evolución para mí”.

Y señala que Bitso es una compañía 100 por ciento remota y tiene un equipo completamente multicultural que está en 40 países —entre los que cita a Polonia, Taiwán, Australia, México, Canadá y Argentina—, “lo cual trae diversidad de pensamiento, de ideas y problemas y un enriquecimiento muy importante a los equipos”.

“Eso nos ha traído muchísimos beneficios, pero también tiene sus retos: dónde están las conexiones personales, esos relacionamientos que construyes entre personas.

“La evolución que ha visto el negocio en los últimos años ha sido abismal. Ha sido también uno de los retos más grandes que hemos tenido, como el poder navegar esta incertidumbre y, finalmente el reto natural que tenemos es que operamos con volatilidad, y trae muchas altas y bajas en diferentes sentidos, no nada más en el volumen o los precios, sino también para hacer negocio y en la moral del equipo”, menciona.

Hacer cripto útil: NFTs y pagos internacionales

La misión de Bitso es ‘hacer cripto útil’ y sus directivos lo han impulsado con diversas iniciativas: en febrero de 2023 lanzó la versión física de la Bitso Card en México de la mano de Mastercard —y a fines de julio puso disponible la versión digital a todos sus usuarios de México— o la alianza con Mobile Streams para ofrecer los tokens no fungibles (NFTs) deportivos de Heroes NFT Club.

Entre los mayores hitos que ha logrado en estos últimos años destacan liderar la ronda C por 250 millones de dólares en mayo de 2021, con la que Bitso alcanzó una valuación de 2 mil 200 mdd y se convirtió en unicornio.

Además, durante las últimas semanas ha reforzado su apuesta por los pagos transfronterizos: además de los 3.3 mil millones de dólares que transaccionó entre México y EE.UU. en 2022 a través de su servicio Crypto para Empresas; hace un mes, el 19 de julio, anunció su integración a la red de Stellar para facilitar la transferencia de remesas internacionales B2B y la última semana presentó Pagos Internacionales, una nueva suite para sus mil 500 clientes institucionales mediante la que busca promover el acceso de las compañías internacionales al mercado latinoamericano y la expansión internacional de las empresas de la región. 

Regulación: sortear el maremoto macroeconómico

Llegué a un lugar donde ha sido un proceso lleno de adrenalina los últimos años y donde sin duda hemos tenido que batallar muchísimos retos que han sido muy informativos en el tema regulatorio”, cuenta ahora sobre las batallas legales que han librado.

“Desde muy temprano nos dimos cuenta que la única manera en la que ella nos puede escalar era de la mano con el regulador”, apunta, y  destaca que hoy Bitso está regulado en todos los países donde opera: México, Argentina, Colombia y Brasil, y cuenta, además, con una licencia DLT en Europa por la Comisión de Servicios Financieros de Gibraltar (GFSC).

“Nosotros dedicamos nuestros recursos, tanto tiempo, como esfuerzo y dinero a la parte regulatoria, y eso nos atrasó a veces tantito en producto, pero entendíamos que era muy importante y ha dado todos los frutos”, agrega. “La regulación es buena: te trae supervisión, acompañamiento e implementación de controles y procesos, pero es muy cara y es muy desgastante”, puntualiza.

“Hoy en día, sobre todo en este ambiente macroeconómico, ha sido muy claro que tener regulaciones nos ha ayudado a fortalecer tanto controles y como institución, a tener el talento, los procesos de supervisión y el gobierno corporativo correctos, que hace que en todo momento estemos protegiendo y priorizando la salvaguarda de los fondos de los usuarios”.