
Después de varios meses de debate público alrededor de la precaria situación financiera de Tigo-UNE, la discusión de alternativas se lleva ahora en varios frentes, en el que Daniel Quintero, alcalde Medellín, acusa la injerencia de grupos uribistas, mientras que Millicom presiona por la suscripción de nuevas acciones a cambio de garantizar su recompra.
En una audiencia en la Cámara de Representantes de Bogotá, Quintero denunció la existencia de un cartel que habría robado 20 billones de pesos en los últimos 20 años mediante la toma de control de empresas, llevándolas a la quiebra, para posteriormente venderlas al sector privado.
Agregó que el grupo estaría detrás de la quiebra no sólo de Tigo, sino de otras operaciones públicas como Hidroituango, Antofagasta y Orbitel.
En su denuncia, el mandatario acusó directamente la injerencia del expresidente Álvaro Uribe y del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA). Afirmó que este último habría participado en las juntas directivas de Tigo durante los últimos cuatro años.
Reiteró también que pese a las advertencias sobre el estado de Tigo-UNE, el Concejo de Medellín se negó en cinco veces a rescatar el patrimonio público mediante la venta de la posición accionaria de EPM en el operador.
Se estima que Tigo-UNE tiene obligaciones por cerca de 235 mil millones de pesos entre deuda bancaria y emisión de notas que vencen en octubre. Derivado de ello, Millicom, que posee la mitad de las acciones, advirtió que se requieren al menos 600 mil millones de pesos colombianos (150 millones de dólares) para continuar con los procesos de inversión en 5G y evitar un proceso de reorganización.
El consejo de EPM se negó a aportar los recursos necesarios según su participación accionaria por 75 millones de dólares para capitalizar al operador. Posteriormente, Millicom ofreció aportar la totalidad de los recursos (150 millones de dólares) mediante una suscripción de acciones, pero EPM acusó que ese proceso diluiría su participación hasta un 2 por ciento.
“Somos los socios bobos de una multinacional extranjera”, agregó Quintero en la audiencia, y acusó que el proceso se trata de una “tumbada programada, orquestada, planeada a la que nos hemos opuesto”.
El jueves, en una carta dirigida a los directivos de EPM, Mauricio Ramos, actual CEO y presidente interino de Millicom, lamentó que la entidad pública se negara a capitalizar al operador y al rechazo de la suscripción accionaria, pero reiteró que “nuestro interés ha sido capitalizar a UNE en conjunto con EPM”.
En ese sentido, ofreció nuevamente realizar el proceso de suscripción de acciones que permita la aportación de recursos por 300 mil millones de pesos de cada socio —Millicom y EPM— a prorrata de su participación, y así evitar la dilución.
En esta ocasión, sin embargo, Millicom también ofrece la opción a EPM para vender estas nuevas acciones al cabo de un año, a un precio garantizado al momento de la suscripción, más un 10 por ciento si EPM decidiera tomar la oferta.
“Esto garantizaría a EPM liquidez y un retorno mínimo para su inversión. Y no impide, desde luego, que EPM busque negociar un mejor precio al mínimo garantizado. Esto le permitiría a EPM, también, tiempo suficiente para surtir todos los trámites de ley y obtener todas las aprobaciones necesarias en caso de querer hacer uso de esta opción”, explica el directivo.
Según Ramos, esta propuesta permitiría a EPM evitar el riesgo de dilución y aportar inmediatamente los recursos para que Tigo-UNE pueda continuar su operación, además de que le da opciones a la entidad pública: mantener su participación accionaria intacta o venderla al cabo de un año con un precio mínimo garantizado.