En el corazón de la cuenca amazónica, donde la biodiversidad es tan rica como vulnerable, surge una oportunidad única para valorizar recursos biológicos renovables y convertirlos en motores de desarrollo sostenible. El Programa Amazon BioStartups, lanzado por la División de Competitividad, Tecnología e Innovación (CTI) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2023, buscaba precisamente eso: fomentar la valorización y protección de la biodiversidad amazónica a través de la incubación de startups que aprovechan y transforman estos recursos biológicos en productos y servicios de valor económico, social y especialmente ecológico.
Un llamado a la innovación en la Amazonía
El objetivo principal de esta convocatoria fue claro: incentivar la creación de empresas basadas en ciencia y tecnología que puedan convertir recursos biológicos renovables de la región amazónica en innovaciones sostenibles. Estas startups no solo buscan generar un impacto económico, sino también crear beneficios ambientales y sociales en las comunidades locales. La convocatoria buscaba a su vez que estas empresas sirvieran de ejemplo sobre cómo la biodiversidad puede convertirse en un pilar de la economía sostenible y cómo una actividad productiva puede contribuir a proteger y conservar el bosque amazónico.
Un proceso riguroso de selección
La convocatoria partió del diseño detallado y lanzamiento de un proceso competitivo, abierto a tres tipos de propuestas: proyectos académicos con un Nivel de Madurez Tecnológica (TRL) 3 o superior, startups con proyectos en TRL 3 o superior, y empresas jóvenes con proyectos en TRL 5 o superior. El BID recibió un total de 138 propuestas de los países beneficiarios del programa: Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
El proceso de selección se estructuró en dos etapas. La primera se basó en revisión y selección preliminar de las propuestas más relevantes, con base en reto tecnológico y mérito innovador, resultando en la preselección de 25 propuestas. La segunda etapa consistió en una evaluación detallada de cada propuesta calificadas por un panel de 10 expertos en diversas disciplinas relacionadas con la bioeconomía. Así, el comité seleccionador eligió las 10 propuestas más destacadas, que recibirían entre $50,000 y $80,000 en capital semilla no reembolsable, además de asistencia técnica especializada.
Innovación a partir de la biodiversidad: las 10 startups seleccionadas
- Awá Nutrition: empresa ecuatoriana fundada en 2016 y basada en Quito, está desarrollando un método para la extracción y procesamiento de proteínas vegetales para suplementos nutricionales y farmacéuticos, a partir de tres especies: Sacha Inchi, Chocho y Quinoa. Desarrollan alianzas con comunidades locales para el aprovechamiento sostenible de estas especies amazónicas y su actividad puede contribuir al desarrollo económico local y a la conservación de dichas especies.
- Bioingred Tech: empresa colombiana basada en Itagüí (Antioquia), fundada en 2017, que investiga el proceso de producción de ingredientes farináceos con valor nutricional e inmunológico a partir de residuos de diferentes especies amazónicas, destacando la Canangucha, el Cacay, el Sacha Inchi y el Copoazú. Este proceso permitiría valorizar biomasa residual y contribuir al desarrollo económico local a través de la transferencia tecnológica a asociaciones de productores para que puedan producir y comercializar los ingredientes farináceos.
- Biojorvial es una startup que se incorporó en Iquitos (Perú) a inicios del 2024, que está desarrollando un biomaterial a partir de resinas vegetales y mucílago de yuca y pituca, para la fabricación de bolsas, empaques y envases biodegradables. Este emprendimiento promete dos grandes beneficios: por un lado, puede contribuir a reducir el uso de plásticos y la polución que éstos generan, y por otro, puede contribuir al desarrollo económico de comunidades nativas, por la provisión de los insumos que se necesitan para producir este biomaterial.
- Ecoproducts: empresa peruana, fundada en 2018 en Pucallpa que está desarrollando una solución tecnológica innovadora para la biorremediación de aguas residuales de la industria extractora de aceite crudo de Palma. Esta solución busca la obtención de dos productos que pueden generar importantes beneficios económicos y ambientales: la transformación de agua residual en agua limpia para la agricultura; y la bioconversión de residuos sólidos en abono, lípidos y proteínas (larvas y lombrices), que servirán de alimento para la acuicultura.
- Foreslab se enfrenta al reto de la reforestación de especies nativas, una actividad esencial para recuperar los bosques de la Amazonía y otros bosques tropicales del mundo (en 2023, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, se deforestó entre 10,000 y 13,000 kilómetros cuadrados, equivalente a la pérdida de una cancha de fútbol cada minuto). Fundada por dos mujeres en 2022 en Chachapoyas, Perú, Foreslab está desarrollando un biorreactor para acelerar la germinación y propagación de semillas recalcitrantes, garantizando calidad genética y fitosanitaria.
- NanoMOF es un proyecto liderado por científicos de la Universidad Pontificia Bolivariana, en alianza con comunidades indígenas de Leticia, Colombia, que busca transformar residuos del cultivo de cacao en bioproductos de alto valor agregado (se estima que Colombia genera 240,000 toneladas de biomasa residual de cacao al año). A través de procesos de gasificación y pirólisis, están investigando respectivamente la producción de hidrógeno verde y de carbón activado, que ofrece numerosas aplicaciones, tales como filtros para purificar el agua y adsorbentes de metales pesados. Si la investigación arroja resultados positivos, crearán una empresa.
- Neofibers: startup peruana que está desarrollando procesos y productos textiles a partir de fibras amazónicas e investigando su potencial funcional para el mercado de moda de lujo sostenible. La empresa ha lanzado su primera colección de prendas y accesorios a partir de fibras como el Aguaje, la Chambira y el Bombonaje, y su visión es implementar un “Corredor Amazónico de Biomateriales” para fortalecer la economía local mediante alianzas con comunidades indígenas y la preservación de la biodiversidad.
- Quassia Labs: startup peruana fundada en 2024 que desarrolla un agente biológico para el control de plagas a partir de extractos de la Quassia amara, una planta originaria de la Amazonía. Con resultados prometedores en el control de ácaros y trips, este emprendimiento puede contribuir a reducir el uso de pesticidas químicos y promover la conservación de la biodiversidad.
- Swebol Biotech: nació como un spin-off académico de la colaboración entre la Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia) y la Universidad de Lund (Suecia), tras más de 15 años de investigación en antioxidantes de alimentos andinos y amazónicos. Swebol está desarrollando una bebida instantánea en polvo a base de quinua y açaí, combinando las propiedades nutricionales de estos dos ingredientes para ofrecer una alternativa saludable. Este emprendimiento también se propone apoyar a comunidades indígenas de la Amazonía boliviana, promoviendo prácticas agroecológicas y la conservación de los ecosistemas forestales.
- Symbiont: empresa colombiana fundada en 2017, que está desarrollando un sistema invernadero de ambiente controlado para la producción de hongos amazónicos. Bajo un enfoque de co-creación y bioprospección con la comunidad indígena de Concordia, busca seleccionar especies nativas con valor comercial para garantizar beneficios mutuos y sostenibles, fortaleciendo tanto la seguridad alimentaria como el bienestar socioeconómico de las comunidades.
Cada startup destaca por su capacidad tecnológica y enfoque innovador para aprovechar o transformar biomasa en productos y servicios de alto valor, incorporando a las comunidades en su cadena o modelo de negocio, y conscientes del impacto ambiental que promete su actividad. A través del desarrollo de tecnologías sofisticadas, están creando soluciones que no solo reemplazan materiales con alta huella de carbono, sino que también generan nuevas fuentes de ingresos para las comunidades locales. Ya sea a partir de la yuca, el açaí o el sacha inchi, estas empresas están demostrando que la biodiversidad amazónica es una fuente inagotable de oportunidades para la bioeconomía.
Apoyo especializado para el desarrollo de los emprendimientos
Las startups seleccionadas no solo reciben apoyo financiero; también se benefician de un acompañamiento técnico especializado. Estas empresas se encuentran participando en un bootcamp intensivo que cubre aspectos clave del emprendimiento: modelos de negocio, desarrollo de mercado, financiamiento, certificaciones, calidad etc. Para llevarlo a cabo, el BID seleccionó a Eatable Adventures, una firma especializada en la incubación y aceleración de empresas en los sectores de foodtech y agtech, para el desarrollo del bootcamp. Las empresas también recibirán asesoramiento para valorar sus activos de propiedad intelectual, determinar la mejor estrategia de protección y analizar el cumplimiento de las obligaciones que establece el Protocolo de Nagoya, para aquellas empresas que utilizan recursos genéticos de especies silvestres y conocimientos tradicionales asociados. Para brindar este asesoramiento, el BID seleccionó a la firma ZBM Patents & Trademarks.
Hacia un futuro sostenible
Durante los próximos 12 meses, los bio-emprendimientos trabajarán incansablemente para avanzar en el desarrollo de sus tecnologías y procesos. Algunas están ya en etapa de lanzar sus innovaciones al mercado y realizar sus primeras ventas. Este progreso será fundamental para que puedan acceder a nuevas fuentes de financiamiento, especialmente capital de riesgo, que les permitirá crecer y consolidarse en el sector.
Este programa es una iniciativa experimental del BID, diseñada para aprender y perfeccionar el proceso de selección y apoyo a startups en el ámbito de la bioeconomía, financiada por el fondo fiduciario del Laboratorio de Capital Natural, con recursos de la República de Francia. Una de las metas iniciales ha sido documentar esta experiencia y compartirla con otras instituciones responsables de fomentar la investigación científica, la innovación tecnológica y el emprendimiento en la región amazónica. La biodiversidad de la Amazonía tiene el potencial de ser un motor clave para el desarrollo sostenible, y el BID está comprometidos en apoyar a aquellos que están trabajando para convertir esta visión en realidad.