La Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) intensificó su actuación en el ámbito de las plataformas digitales en 2024, según reportó en su Informe Anual de Gestión. Además de defender públicamente un marco regulatorio brasileño para el sector, la Agencia participó en la creación del Centro de Enfrentamiento a la Desinformación (Ciedde), junto al TSE (Tribunal Superior Electoral), la AGU (Abogacía-General de la Unión) y la Policía Federal, ampliando su presencia institucional en temas tradicionalmente fuera de su competencia regulatoria directa.
La agenda estuvo acompañada de estudios técnicos con la Universidad de Brasília (UnB) sobre el poder de mercado de los gatekeepers (empresas que controlan el acceso al contenido digital) y la responsabilidad de las plataformas en el combate a la desinformación. Con el objetivo de ampliar el debate, la Anatel también promovió el curso internacional “Desafíos Contemporáneos del Ecosistema Digital”, dirigido a reguladores de países lusófonos.
Paralelamente, el presidente de la Anatel, Carlos Baigorri, pasó a defender el Proyecto de Ley 4691/2024, de autoría de los diputados Silas Câmara (Republicanos-AM) y Dani Cunha (União-RJ), como una alternativa viable al llamado PL de las Fake News.
El proyecto asigna a la Anatel la competencia para regular la actividad económica de las plataformas digitales, prohíbe el anonimato en línea y establece obligaciones claras de responsabilidad para las empresas por contenidos publicados por los usuarios.
Esta movilización ocurre en un contexto de ausencia de un marco legal consolidado sobre redes sociales en Brasil, ya que el PL de las Fake News sigue estancado en el Congreso. El avance de la Anatel cuenta con el respaldo parcial de actores del sector de telecomunicaciones, pero también es observado con atención por organizaciones de la sociedad civil, que advierten sobre riesgos de superposición institucional y dudas sobre los límites de esta actuación.
La presión por una regulación volvió al centro del debate en los últimos días por iniciativa de la primera dama, Janja da Silva, tras la muerte de Sarah Raíssa, una niña de 8 años que inhaló desodorante durante un desafío viral en TikTok.
Janja calificó el caso como una tragedia provocada por la falta de regulación y exigió al Congreso urgencia para aprobar medidas que protejan a niños y adolescentes en el entorno digital.
Durante una visita oficial a China en este mes de mayo, la primera dama también abordó el tema durante una cena con el presidente Xi Jinping, alertando sobre los riesgos de TikTok en Brasil, especialmente para mujeres y niños. Su declaración generó rumores de incomodidad diplomática, pero luego fue respaldada por el presidente Lula, quien reforzó la necesidad de discutir la regulación de las plataformas digitales.