La economía naranja, también conocida como economía creativa, se refiere a las actividades económicas relacionadas con la creación, producción y distribución de bienes y servicios que utilizan la creatividad y el capital intelectual como principales insumos. Este concepto abarca una amplia gama de industrias culturales y creativas, incluyendo el cine, la música, la moda, el diseño, la publicidad, los videojuegos, las artes visuales y escénicas, entre otras.
Industrias culturales y creativas: un motor de desarrollo
Las industrias culturales y creativas son un motor de desarrollo económico y social. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), representan alrededor del 6% del PIB mundial.
Estas industrias no solo generan empleo y riqueza, sino que también promueven la diversidad cultural y fortalecen la identidad nacional, facilitando la proyección de la marca país.
¿Qué es el poder blando y por qué es importante para un país?
Más allá de los beneficios económicos inmediatos, las industrias culturales y creativas —como el cine, la moda, la música y la gastronomía— son esenciales para el llamado «poder blando». Este término, acuñado por Joseph Nye, hace referencia a la capacidad de un país de influir en el mundo a través de su cultura, identidad y valores. Pero ¿cómo puede la economía naranja fortalecer la marca país y abrir nuevas oportunidades económicas?
El poder blando se refiere a la influencia cultural y diplomática que un país puede ejercer sin recurrir a la fuerza. En un mundo globalizado, los países compiten no solo con sus productos o servicios, sino también con sus historias, arte, música y valores. Las industrias creativas juegan un papel clave en este sentido, ya que permiten que una nación muestre su esencia, su visión del mundo y proyecte su imagen a través de medios que conectan emocionalmente con audiencias globales, de una manera que trasciende las barreras lingüísticas y culturales.
Según un estudio del British Council, el poder blando cultural puede aumentar la confianza internacional en un país hasta en un 30%, impactando directamente en las relaciones comerciales y diplomáticas.
Sin ir más lejos, la industria cinematográfica de Hollywood no solo es una fuente significativa de ingresos para Estados Unidos, sino que también es desde sus orígenes una herramienta poderosa de influencia cultural a nivel global.
Casos de éxito en la economía naranja
Naciones de todo el mundo han utilizado su economía naranja para fortalecer su poder blando y mejorar su marca país, logrando resultados notables tanto en términos económicos como de influencia internacional.
Un ejemplo destacado es Corea del Sur, cuya industria del entretenimiento, conocida como “Hallyu» u “Ola Coreana», ha conquistado mercados globales con su música (K-pop), cine y series de televisión (K-dramas). Esta estrategia ha impulsado significativamente su economía y ha mejorado la imagen del país en el extranjero. Pensemos en cómo la industria cinematográfica surcoreana ha catapultado la imagen del país a nivel global, con éxitos como «Parasite», ganadora de un Oscar, y series como «Squid Game».
Otro caso notable en América Latina es el de Colombia, que ha promovido activamente su economía creativa a través de políticas públicas y programas de apoyo a emprendedores culturales. La creación e implementación de la Ley Naranja ha sido fundamental para el crecimiento de este sector. Como resultado, Colombia ha visto un aumento en la exportación de bienes y servicios creativos, así como un fortalecimiento de su identidad cultural en el ámbito internacional.
Y así podemos citar muchos otros ejemplos de industrias creativas que han ayudado a sus países a descollar en el ámbito internacional:
– Gastronomía: Las cocinas peruana o española ejemplifican muy bien el hecho de haberse convertido en símbolos de identidad nacional, atrayendo turismo gastronómico y promoviendo la imagen de ambos países.
– Videojuegos: Compañías como Ubisoft en Canadá no solo generan ingresos, sino que también proyectan una imagen de innovación tecnológica.
– Moda: La semana de la moda de París refuerza la posición de Francia como líder mundial en estilo y lujo.
– Arquitectura: Los rascacielos de Dubái se han convertido en símbolos de modernidad y ambición, transformando la percepción global de los Emiratos Árabes Unidos.
La oportunidad naranja de República Dominicana
La República Dominicana tiene un gran potencial para desarrollar su economía naranja y posicionarse mejor en el escenario global, consolidándose como un referente en la región y motivando la llegada de más turismo e inversión y el fortalecimiento de su prestigio a nivel internacional.
Y eso es posible, gracias a que, más allá de la oferta de sol y playa, el país cuenta con un patrimonio único, una rica herencia cultural y una vibrante escena artística que abarca desde la música y la danza hasta las artes visuales y el cine.
Algunos logros en este ámbito son:
– Cine dominicano: gracias a incentivos fiscales y a un creciente interés en la producción cinematográfica, la República Dominicana ha comenzado a destacar en festivales internacionales. Películas como La Gunguna y Cocote, por citar solo algunas, han logrado reconocimiento global y son un ejemplo claro del potencial de la economía naranja local. Además la industria atrae decenas de producciones internacionales que eligen el destino como su plató de filmación y lo muestran al mundo.
– Música: el merengue y la bachata, reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, son géneros que proyectan la identidad dominicana a nivel mundial, materializando un impacto positivo en la percepción del país. Compositores como Juan Luis Guerra sitúan en el mapa el poder del talento dominicano.
– Moda: diseñadores dominicanos como Giannina Azar, Miguel Genao, José Jhan o Jenny Polanco han llevado la moda caribeña a las pasarelas internacionales, consolidando la República Dominicana como un referente de creatividad y estilo en la región.
– Gastronomía: La comida dominicana, con platos icónicos como el sancocho y el mangú, está empezando a atraer la atención internacional, con chefs que están elevando la cocina local a nuevas alturas.
El libro «Dominicana Creativa», publicado por el Banco Popular Dominicano, destaca mucho más de todo este caudal creativo nacional y ofrece una visión profunda de las industrias culturales del país. Puedes acceder a él en: https://www.dominicanacreativa.com.
Oportunidades económicas y turísticas para la República Dominicana
Según datos del Banco Central de la República Dominicana, el sector turístico representó el 11.6% del PIB en 2023, con un crecimiento constante en los últimos años.
La combinación de la riqueza cultural dominicana y el creciente interés internacional en destinos que ofrecen más que sol y playa, posiciona al país como un destino único. El turismo cultural atrae visitantes que buscan experiencias auténticas y diversas, lo que se traduce en más divisas y en la consolidación del país como un destino atractivo frente a sus competidores en las islas Antillas y en las costas continentales del Caribe.
Además, el desarrollo de estas industrias no solo refuerza su atractivo turístico, sino que diversifica aún más la economía dominicana, ampliando su estabilidad y proyección de futuro.
¿Cómo potenciar la economía de la creatividad?
Sin embargo, para alcanzar el éxito de otros países que han apostado por lo naranja, es necesario implementar políticas públicas de largo plazo que fomenten el crecimiento de las industrias creativas. Estas serían algunas líneas de actuación:
- Creación de un marco legal y regulatorio integrado: es fundamental establecer un marco legal integrado, que proteja los derechos de propiedad intelectual y promueva la inversión en industrias creativas, el mecenazgo, los incentivos fiscales y financieros a empresas y emprendedores culturales, el impulso a las exportaciones de servicios y productos creativos, y otras leyes específicas.
- Fomento de la educación y la formación: invertir en la educación y formación de talentos creativos es esencial para el desarrollo de la economía naranja. Esto incluye la creación de programas educativos especializados en artes y cultura, así como la promoción de la investigación y el desarrollo en estas áreas. Estos programas de desarrollo creativo deben ir acompañados de otras iniciativas para mejorar la capacidad de gestión y comercialización de los creadores culturales con el objetivo de lograr la sostenibilidad de sus empresas.
- Apoyo a emprendedores y pymes: proporcionar apoyo financiero y técnico a emprendedores y pequeñas y medianas empresas (pymes) en el sector creativo puede estimular la innovación y el crecimiento. Esto puede incluir la creación de fondos de inversión, incubadoras de empresas y programas de mentoría, entre otros.
- Promoción internacional: es importante promover la cultura y los productos creativos dominicanos en el extranjero. Esto puede lograrse a través de la participación en ferias y festivales internacionales, así como mediante la creación de alianzas estratégicas con otros países. El turismo internacional que llega al destino es también un vector relevante para dar a conocer la oferta cultural de un país.
Con una visión coordinada y de largo plazo, la repercusión de la economía naranja dominicana podría ser aún mayor. Para profundizar en cómo la creatividad dominicana está dejando huella en el mundo, visita www.dominicanacreativa.com.
Motor de desarrollo e influencia
La economía naranja representa una oportunidad única para que la República Dominicana se posicione mejor en el escenario global y se diferencie de su competencia cercana.
La creatividad y la cultura impulsan, sin duda, a las naciones hacia un futuro más próspero y sostenible. En un mundo cada vez más interconectado, el poder blando de la cultura se convierte en un activo invaluable.
República Dominicana tiene todos los ingredientes para convertirse en un líder en este campo, proyectando una imagen vibrante, creativa y acogedora que resuene en todo el mundo.