La implementación de redes 5G tomó vuelo el año pasado con las subastas de espectro radioeléctrico en Chile, Brasil y República Dominicana. Este año, se espera que México, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú y Uruguay también avancen en la licitación de frecuencias para el desarrollo de esta tecnología.
América Latina caminará hacia 5G a un ritmo acelerado o lento dependiendo del tipo de política de espectro que adopte en la planificación y posteriores licitaciones. En su nuevo informe Optimización de la asignación del espectro, Ericsson identifica tres claves principales para que la región pueda aprovechar todo el potencial de las redes de quinta generación.
Una política de espectro inteligente debe, en primer lugar, maximizar la disponibilidad del recurso radioeléctrico en las diferentes bandas (bajas, medias y altas) y desarrollar un calendario claro y confiable para su asignación.
Si se cuenta con una hoja de ruta clara para asignar espectro a medio y largo plazo, será posible captar más inversiones para el desarrollo tecnológico de un país. En ese sentido, el reporte recomienda evitar las reservas y escasez artificial de las frecuencias, y poner a disposición por lo menos 80 a 100 MHz de espectro contiguo en las bandas medias por cada operador (especialmente la de 3.5 GHz) y 1 GHz en las ondas milimétricas (por encima de 24 GHz).
En segundo lugar, la compañía sueca señala que las autoridades tienen que diseñar procedimientos de asignación que incentiven el despliegue de infraestructura y la mejora de los servicios de telecomunicaciones, en lugar de priorizar la recaudación inmediata en las licitaciones.
Ante la crisis económica por la pandemia de Covid-19, los gobiernos pueden ver en la concesión de licencias de espectro una oportunidad para obtener ingresos rápidos. Sin embargo, eso generará más consecuencias socioeconómicas negativas, al retrasar los objetivos de conectividad, transformación digital y crecimiento económico a largo plazo.
Por ello, Ericsson aconseja “alinear la fijación de precios del espectro con objetivos políticos más amplios, por ejemplo, incluyendo las obligaciones de cobertura en el objetivo de fijación de precios”, y promover la innovación de los servicios.
Colombia, Austria y Nueva Zelanda son ejemplos de países que han adoptado este enfoque. En el caso colombiano, las empresas de telecomunicaciones pueden cubrir hasta el 60 por ciento del pago por la asignación de espectro a través de compromisos de cobertura en zonas rurales y rezagadas. Nueva Zelanda incluso licitó la banda de 3.5 GHz para 5G mediante un esquema de asignación directa.
En tercer lugar, las condiciones en las que se entregan licencias de espectro deben ser previsibles para incentivar las inversiones y los marcos normativos tendrían que propender a la flexibilidad para facilitar la innovación, advierte el documento.
Mejorar estas condiciones puede venir de la mano de incrementar la duración de los permisos de espectro en función de las inversiones y la infraestructura; establecer criterios claros para la renovación de concesiones, sin imponer tasas adicionales; así como garantizar flexibilidad comercial, operativa y tecnológica a los operadores.
Brasil, por ejemplo, permite a la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) extender las licencias de espectro una cantidad indefinida de veces, si las compañías se comprometen a invertir parcial o totalmente las cuotas de renovación en inversiones. Y en Francia, el regulador renunció a la tasa de renovación por las licencias en algunas bandas a cambio de que las empresas amplíen y mejoren la conectividad 4G.
Pero, al mismo tiempo, existen casos de alerta en algunos países de América Latina. Ericsson apunta que México corre el riesgo de crear incertidumbre en torno a la subasta 5G que se llevará a cabo este año, ya que tiene una de las tarifas anuales de espectro más altas de la región, la cual representa hasta el 92 por ciento del costo total por el recurso radioeléctrico: eso llevó a Telefónica y AT&T a devolver licencias en 2019 y 2020, respectivamente.
Durante la presentación del informe de Ericsson, el Director de la Oficina de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), Mario Maniewicz, resaltó la importancia de coordinar las políticas de espectro 5G con los planes de banda ancha y conectividad de las naciones, pues se trata de un insumo necesario para promover el desarrollo de las tecnologías y el cierre de la brecha digital.
Maryleana Méndez, secretaria General de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet), alertó que en la actualidad “el costo del espectro es una barrera para las inversiones de los diferentes operadores”. Por ello, pidió a los gobiernos y órganos reguladores revisar las condiciones de asignación de este valioso recurso, con el fin de garantizar que los beneficios de la inversión vayan directamente a la sociedad y la economía.