
La Comisión Europea impuso una multa de 376.3 millones de euros a Intel por abuso de posición dominante, como continuidad de un caso que lleva más de 20 años.
En 2009, la Comisión multó a Intel por mil 060 millones de euros al interpretar que abusó de su posición dominante en el mercado de chips a partir de dos prácticas: concediendo agresivos descuentos a fabricantes con la condición de que compraran todos o casi todos sus procesadores x86 y pagando a fabricantes para que retrasaran el lanzamiento de productos específicos que contuvieran x86 de rivales y limitaran los canales de venta disponibles para ellos.
En 2022, el Tribunal General anuló la decisión de la Comisión respecto de los descuentos a fabricantes, al tiempo que confirmó la referida a las restricciones de venta para la competencia, que según la causa tuvieron lugar entre 2002 y 2006. Al no poder discernir qué monto correspondía a cada caso, se optó por anular la multa en su totalidad. Ahora, la Comisión impuso la sanción pecuniaria que corresponde sólo a esas “restricciones manifiestas”.Desde Bruselas hicieron énfasis en que “la decisión se entiende sin perjuicio del recurso pendiente contra la anulación por el Tribunal” de la multa impuesta en 2009. “Nuestra decisión muestra el compromiso de la Comisión de garantizar que infracciones antimonopolio muy graves no queden sin sanción”, dijo el Comisario Didier Reynd.