¿Por qué el desarrollo digital es clave para el crecimiento verde e inclusivo en América Latina y el Caribe?
La crisis de la COVID-19 sacó a la luz el papel central que la infraestructura y tecnología digitales juegan en las sociedades modernas . Salva vidas a través de la salud digital, ayuda a las escuelas a brindar continuidad en el aprendizaje y a los gobiernos, individuos y empresas a hacer frente al distanciamiento social.
Sin embargo, las brechas en el acceso pueden exacerbar las desigualdades y la exclusión. La pandemia reveló un acceso sorprendentemente bajo a las tecnologías digitales en América Latina y el Caribe . Si bien más del 90% de la población tenía cobertura de red de banda ancha antes de la crisis, los suscriptores reales al servicio de banda ancha móvil no eran tan numerosos, apenas el 53%, mientras que la penetración de la banda ancha en el hogar era de solo 46%.
A medida que la región expande el acceso a los servicios digitales, nos gustaría resaltar el papel que estas tecnologías tendrán en un futuro más sostenible , a través de mayor seguridad, eficiencia y nuevos modelos de crecimiento, así como a la necesidad de que todos se beneficien.
Del lado de la eficiencia, los beneficios son evidentes. A nivel gobierno, la digitalización y los datos de libre acceso permiten el intercambio de información entre agencias públicas y una mayor eficiencia en la prestación de servicios públicos. En términos de gestión de riesgos ante desastres naturales, el acceso a datos en tiempo real durante un desastre puede marcar la diferencia en cuanto a obtener una evaluación rápida y certera de los daños físicos. Mediante el uso de enfoques digitales, el equipo del Banco Mundial estimó los daños para Bahamas por causa del huracán Dorian en apenas dos semanas, comparado con seis meses para las habituales evaluaciones sobre el terreno. Las imágenes satelitales también pueden servir para predecir inundaciones y sequías, así como para monitorear la deforestación. En el caso de los servicios públicos y el sector privado, las mejoras en eficiencia también son enormes. Para el suministro de agua, los sensores inteligentes, los medidores, las redes y las aplicaciones pueden ayudar a registrar el consumo diario y la información operativa, así como permitirles a los servicios públicos optimizar las operaciones y el mantenimiento, la eficiencia energética y reducir las pérdidas de agua.
La digitalización también posibilita un mayor nivel de seguridad y calidad en los bienes y servicios. Por ejemplo, las tecnologías digitales permiten realizar un seguimiento de los alimentos a lo largo de la cadena de suministro de una forma descentralizada, para un suministro de alimentos más seguro y sostenible. En Uruguay, el gobierno fue previsor al momento de responder a la epidemia de aftosa de principios de la década de 2000, con mejoras en la gestión ganadera y el desarrollo de un sistema de información digital con datos de la ganadería. Uruguay pudo hacer uso de este sistema para certificar la calidad de la producción de su carne vacuna y responder a cambios en la demanda hacia productos de mayor calidad y sostenibles. Esto dio sus frutos con un aumento del 700% en las exportaciones de carne vacuna entre 2001 y 2018.
Las tecnologías digitales también pueden llegar a ser radicalmente disruptivas. Por ejemplo, pueden tener un impacto profundo en la geografía económica y desarrollo territorial en caso de que muchas personas trabajen desde el hogar mientras que las cadenas de suministro cambian a un modelo de entrega altamente descentralizada de la información, los bienes y los servicios directamente al hogar de los consumidores. Aquellos a quienes resulta más difícil llegar en términos de atención médica, por ejemplo, podrían no ser los más aislados geográficamente, sino los desconectados de la red digital.
Por último, si su despliegue se realiza de manera adecuada, las tecnologías digitales pueden mejorar la inclusión al prestar más servicios a personas con discapacidades físicas y al darle voz a poblaciones históricamente excluidas . En los hechos, sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer antes de que todos puedan tener el acceso y las habilidades necesarias para hacer uso de las nuevas oportunidades digitales. Por ejemplo, en Haití nuestro equipo consideró el uso de pagos por celular para realizar transferencias en efectivo de emergencia a las personas más vulnerables de las áreas urbanas. No obstante, se dieron cuenta de que muchos de los residentes urbanos más pobres no contaban con acceso a un teléfono celular, por lo que el uso de tecnologías digitales los excluiría. La descentralización de servicios de infraestructura posibilitada por las nuevas tecnologías también puede resultar en un aumento de la desigualdad. Esta descentralización les permite a las personas más acomodadas adquirir el servicio de forma directa del sector privado, eludiendo de esta manera las redes de infraestructura a gran escala y los subsidios cruzados que históricamente beneficiaron a los usuarios más pobres.
¿Cómo hacer para asegurarnos que la innovación sirva a los pobres y para que las mejoras en eficiencia y las disrupciones resulten en un desarrollo más inclusivo?
La respuesta está en la capacidad de los gobiernos de universalizar el acceso, proteger las libertades y redistribuir los beneficios de la digitalización. Estas son tres prioridades para los gobiernos:
Focalizarse en las poblaciones más pobres y excluidas al momento de ampliar el acceso a servicios de infraestructura y telefonía celular. En Uruguay, un programa que ofrece una computadora portátil e Internet a alumnos de escuelas públicas brindó una computadora al 64,4% del quintil más pobre.
Desarrollar las capacidades a nivel de gobierno nacional y local para comprender los nuevos sistemas mejorados por la tecnología y entablar un diálogo entre expertos y reguladores. La Ciudad de México creó la Agencia Digital de Innovación Pública, un equipo ágil que se mantiene al tanto de los cambios tecnológicos y en contacto con los ciudadanos, con el fin de apoyar la innovación a nivel gobierno, sector privado y sociedad civil.
Proteger la privacidad de los datos de los clientes. Existe cierta tensión entre los estándares de datos abiertos y la protección de estos. Para maximizar el poder del big data, cuanto más se comparta, mejor, si bien el intercambio de datos podría violar la privacidad de los datos esperada por los clientes.
Aprovechar el poder de las tecnologías digitales podría aportar la eficiencia y seguridad necesarias para nuestro futuro sostenible. Focalizar el apoyo a los más pobres y excluidos, desarrollar la capacidad del gobierno y proteger la privacidad de los individuos servirá para garantizar que sea un futuro sostenible para todos.