MADRID. Un equipo internacional de investigadores ha localizado las agrupaciones de galaxias más antiguas y más alejadas de la Tierra, unas formaciones que nacieron unos 2.000 o 3.000 millones de años después del Big Bang y que son las precursoras de los cúmulos de galaxias que vemos en la actualidad.
El hallazgo, publicado este martes en la revista Astronomy & Astrophysics, servirá para entender mejor el origen del Universo y cuál es su contenido.
Un descubrimiento que no hubiera sido posible sin los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA), Planck y Herschel, dos instrumentos punteros diseñados para cartografiar y analizar el cosmos desde una órbita situada a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.
El investigador el departamento de Física de la Universidad de Oviedo y coautor del estudio, Luigi Toffolatti, explicó a Efe que gracias a estos dos satélites se han encontrado «los grupos de galaxias más antiguos, los precursores de los cúmulos de galaxias que se ven en la actualidad».
Anteriormente se habían localizado galaxias más alejadas de la Tierra que estas, pero «esta es la primera observación concreta de protogalaxias que están en el interior de grupos» que, a su vez, son los precursores de las agrupaciones de galaxias que vemos en la actualidad, precisó el astrofísico.
Concretamente, las imágenes captadas por Planck muestran grupos de decenas de galaxias que todavía se están formando y que son, por tanto, relativamente más pequeñas que la nuestra, y «más compactas».
Además, «tienen una altísima formación de estrellas», porque se están observando en la época en que se están creando, un detalle que no habría visto sin Planck, porque solo este satélite ha observado «todo el cielo» en las microondas.
Y es que los detectores de los satélites Planck y Herschel eran sensibles en la región del espectro electromagnético del infrarrojo lejano y de las microondas, una franja en donde hay pocos instrumentos especializados como estos.
Actualmente, en ausencia de Planck y Herschel (ambos inactivos ya), el observatorio ALMA, en el desierto de Atacama, en Chile, es el instrumento más adecuado para observar con más detalle algunos de estos grupos o protocúmulos de galaxias.
El hallazgo ayudará a comprender mejor «cómo ha podido la gravedad llegar a crear a lo largo del tiempo cósmico» las galaxias actuales y los grupos y cúmulos que se ven en la actualidad, aunque pasarán años antes de que los astrónomos sean capaces de explicar muchas cosas.
«Solo estamos al inicio de este proyecto, los resultados más impresionantes están aún por llegar durante los próximos meses», subrayó el profesor Hervé Dole, director del estudio y astrofísico de la Universidad de Orsay (París).
Hasta ahora, gracias a los datos facilitados por Planck, se ha confirmado el hallazgo de 228 agrupaciones de galaxias primigenias, pero cuando se analice toda la información de los satélites de la ESA, «se encontrarán más», según Toffolatti.
Al mismo tiempo, el hallazgo demuestra que es importante contar con satélites capaces de captar, clasificar y estudiar los tesoros del cosmos: «Podríamos decir que Planck ha descubierto el cofre del tesoro al hallar estos grupos compactos de galaxias en el Universo más lejano y Herschel ha mirado en su interior para descubrir las brillantes monedas de oro allí escondidas, las galaxias de alta formación estelar», describió Toffolatti.