El Supremo de Estados Unidos se inclina por respetar las políticas de moderación de las redes sociales

El Supremo de Estados Unidos se inclina por respetar las políticas de moderación de las redes sociales

El País-Miguel Jiménez

¿A qué se parecen más las redes sociales? ¿Son como un teléfono? ¿O son como un periódico? La compañía telefónica no puede inmiscuirse en lo que dicen sus usuarios en una llamada. En cambio, el editor de un periódico sí tiene poder sobre lo que se publica en sus páginas. Los dueños de Facebook, Youtube, X, Instagram o TikTok, ¿son compañías telefónicas o son editores de prensa? En realidad, no son ni lo uno ni lo otro y eso es lo complicado. Por eso, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos abordó este lunes el alcance la libertad de expresión en relación con las redes sociales, se vio que cualquier doctrina al respecto es “un campo de minas”, como dijo muy gráficamente la jueza Amy Coney Barrett. Aun así, los jueces parecieron inclinarse mayoritariamente por respetar las políticas de moderación de contenidos.

Las redes sociales han vuelto al Supremo meses después de que los magistrados mantuvieran la exención de responsabilidad de las tecnológicas sobre los contenidos que publican sus usuarios. Esta vez han sido las propias políticas de moderación de contenidos de las plataformas lo que se discutía. Los Estados de Texas y Florida, ambos con mayoría republicana, aprobaron leyes contra esas políticas con el argumento de que imponían la censura a sus usuarios al silenciar voces conservadoras como las que defendían el bulo electoral de que a Donald Trump le robaron las elecciones o las que publicaban desinformación sobre las vacunas.

Las dos partes, los Estados y las plataformas, se envuelven en la bandera de la libertad de expresión que consagra la Primera Enmienda de la Constitución frente a la injerencia estatal. Texas y Florida consideran vetar mensajes y usuarios la viola; las plataformas, representadas por asociaciones del sector, denuncian que son esas leyes las que la vulneran al impedirles elegir qué publicar en sus plataformas. Para los Estados, las redes sociales son más bien teléfonos; para las plataformas, más bien periódicos.

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