La multinacional estadounidense de internet Google ha sido multado este viernes en Francia con 150 millones de euros debido a que las reglas que impone a los anunciantes de su motor de búsqueda son opacas teniendo en cuenta su posición dominante en el mercado.
La Autoridad de la Competencia de Francia considera en su fallo que las condiciones que Google impone a los anunciantes no son objetivas ni transparentes y las califica de “discriminatorias”.
El gigante de internet anunció, en un comunicado enviado a Efe, que recurrirá la sanción y aseguró que su política con los anunciantes persigue “proteger” a los internautas de “anuncios abusivos”.
Una opinión que no comparte la Autoridad de la Competencia, para la que “la opacidad y la ausencia de objetividad de esas reglas hacen difícil su aplicación por los anunciantes, mientras Google puede modificarlas de forma difícilmente previsible y decidir en consecuencia si las respetan o no”.
Esta política -añade en su dictamen- perjudica a los clientes anunciantes del motor de búsqueda, pero también a los usuarios.
Además de la multa, el regulador le obliga a publicar la sentencia en su propio motor de búsqueda durante una semana.
Se trata de la tercera mayor multa impuesta por esta instancia regulatoria y la primera contra Google, que con anterioridad ha sido sancionada en Francia por la Comisión Nacional de Informática y Libertades y por los tribunales por cláusulas abusivas.
El fallo se refiere a las páginas patrocinadas que Google muestra cuando un usuario efectúa una búsqueda y que el gigante de internet vende a través de subastas entre anunciantes.
La Autoridad de la Competencia intervino tras recibir una denuncia de un anunciante francés cuya publicidad fue suspendida por el motor de búsqueda sin aviso previo y, según sus alegaciones, sin motivos objetivos y transparentes.
Google, que representa el 90% de las búsquedas en Francia y que detenta más del 80% del mercado publicitario asociado, “está obligado a definir reglas de funcionamiento de su plataforma de anunciantes de manera objetiva, transparente y no discriminatoria”, según el fallo.
Sin embargo, en la actualidad “no se basan en ninguna definición precisa y estable, lo que deja libertad a Google para interpretarlas según las situaciones”, agrega.
El gigante de internet, además, “ha modificado su interpretación de las reglas” lo que genera “inseguridad jurídica y económica” a los anunciantes, que han comprobado que, incluso en el seno de Google, no todos los equipos tienen la misma visión.
Por si fuera poco, esas modificaciones de normas no son comunicadas a los clientes anunciantes.
Finalmente, Competencia considera que Google ha aplicado de forma discriminatoria esas reglas, al suspender los anuncios de unas empresas y permitir algunas similares procedentes de otras.
A su parecer, todas esas prácticas llevan a pensar que el motor de búsqueda “ha ideado una estrategia deliberada y global destinada a perturbar la competencia”, al impedir la publicidad de anunciantes con estrategias innovadoras.
En particular, la multinacional estadounidense ha dado prioridad a las empresas que proponen servicios que se pagan a través de los espacios publicitarios, actividad que, por otro lado, oferta también Google, concluye.