Según el Informe de Riesgos Globales 2021 del Foro Mundial publicado esta misma mañana la tecnología vuelve a colarse entre los 10 riesgos globales que más preocupan. Pero, además este año se ven impactado de forma muy clara por la desigualdad impulsada por la brecha digital y la pandemia sanitaria que asola el mundo.
Por ello, la principal conclusión del informe es que «urge la necesidad de avanzar en la gobernanza de la tecnología para poder abordar los restos de la tecnología para generar un terreno de juego equilibrado», aseveró José María Carulla, managing director de Marsh España, durante la presentación del informe que se realiza en la colaboración de Marsh & McLennan y Zurich.
Y es que en lo que respecta al acceso a la tecnología y a las aptitudes digitales, la brecha entre “ricos” y “pobres” corre el riesgo de ampliarse y poner en peligro la cohesión social. Esta situación afectará en particular a los jóvenes de todo el mundo, que se enfrentan por segunda vez en una generación a una crisis mundial, y podrían perder por completo cualquier oportunidad en la próxima década.
Por otro lado, desde el informe se apunta que las presiones financieras, digitales y de reputación resultantes de la COVID-19 también amenazan con excluir a muchas empresas y a sus empleados de los mercados del futuro. Si bien estas posibles desigualdades podrían provocar una fragmentación social para los estados, una perspectiva geopolítica cada vez más tensa y frágil, también obstaculizará la recuperación mundial si las medianas potencias no ocupan un lugar en la escena mundial.
La transformación digital impulsa las desigualdades
“La aceleración de la transformación digital promete grandes beneficios, por ejemplo, la creación de cerca de 100 millones de nuevos puestos de trabajo en 2025. Sin embargo, al mismo tiempo, la digitalización puede desplazar alrededor de 85 millones de puestos de trabajo, y dado que el 60% de los adultos todavía carecen de los conocimientos digitales básicos, el riesgo consiste en la acentuación de las desigualdades existentes”, señaló Peter Giger, Director de Riesgos del Grupo, Zurich Insurance Group.
Ciberriesgo gana protagonismo
En la lista de los riesgos tecnológicos, sociales y geopolíticos, destacan la concentración del poder digital, la desigualdad digital, la fractura de las relaciones entre estados, así como el fracaso en la ciberseguridad y la crisis de empleo e ingresos de las personas.
“Las consecuencias económicas y sociales de la COVID-19 tendrán un profundo impacto en la forma en que las empresas interactúan con sus clientes y empleados mucho después de la difusión de la vacuna. Con la transformación de los lugares de trabajo de las empresas, surgen nuevas vulnerabilidades. La rapidez de la digitalización está aumentando de manera exponencial la exposición cibernética, la interrupción de la cadena de suministro está alterando radicalmente los modelos de negocio, y el aumento de los problemas de salud graves han acompañado el cambio de los empleados al teletrabajo”, explicó Carolina Klint, Líder de Risk Management en Europa continental, Marsh.
“Todas las empresas tendrán que reforzar y reevaluar continuamente sus estrategias de reducción de riesgos si quieren mejorar su resistencia a las crisis futuras», añade la experta.
Riesgos ético del mundo digital
Ante este abismo frente a la revolución digital hay grandes riesgos pero también oportundiades. “La pandemia de 2020 constituyó una prueba de estrés que sacudió los cimientos de las economías y sociedades de todo el mundo. La reconstrucción de la capacidad de resistencia a las conmociones sistémicas requerirá una financiación considerable, cooperación internacional y una mayor cohesión social. La capacidad de recuperación también dependerá del crecimiento continuo de la conectividad en todo el mundo, porque sabemos que las economías que se digitalizaron antes tuvieron un rendimiento relativamente mejor en 2020”, comentó Lee Hyung-hee, Presidente, Comité de valor social, Grupo SK.
“Sin embargo, para que el despliegue continuo de la tecnología 5G y de la IA emerja como un motor de crecimiento, debemos superar de forma urgente las brechas digitales y hacer frente a los riesgos éticos”, concluye Hyung-hee.